miércoles, 22 de enero de 2014

El cante Jondo en Granada

En 1890 organiza Seco de Lucena una zambra gitana en la Torre de la Vela en obsequio a Rueda.

Los hermanos Seco, Luis y Paco, eran unos grandes aficionados al arte flamenco.

Hace unas semanas se descubrió en Granada cerca del río Genil una estatua en honor al cante Jondo y es que en los años 20 del siglo pasado se reunieron una serie de artistas con el fin de dar a conocer al resto del mundo un arte tan peculiar y entrañable que nació, como no, en Andalucía.

Precisamente en el año 1922 se organizó en Granada un Concurso cuyo título fue muy significativo "para el renacimiento, conservación y purificación del antiguo cante jondo". Mientras que la iniciativa de dicho evento la generó la mente de Miguel Cerón quién la llevaría a cabo fue el Centro Artístico. A este nombre juntamos el de Antonio Ortega Molina, presidente del centro, y Antonio Gallego Burín como vice-presidente.

El concurso tuvo un éxito rotundo y a su margen se organizaron también en el mismo centro artístico clases de cante jondo. Pero lo que no hay que olvidar mencionar fueron que las bases del concurso fueron redactadas por el mismísimo Manuel de Falla, que colaboraría también el famoso Andrés Segovia y que los salones acogieron una conferencia de Federcio García Lorca. 

En 1972 en su 50 aniversario el mismo centro artístico una vez más recordó en un entrañable homenaje lo que aquellos hombres supieron trasmitir para que se le recordará a través de los años venideros el arte tan antiguo que ha llegado a nuestros días. 

  


Aquí dejo lo que dijo en su momento Luis Seco de Lucena de dicha iniciativa, os invito a leerlo desde su principio hasta su fin ya que no sólo nos describe el origen y la armonía del cante jondo sino que también envía un claro mensaje pidiendo continuidad tras el evento que estaba a punto de organizarse.




" La solicitud presentada al Ayuntamiento de esta ciudad por un numeroso grupo de intelectuales españoles, pidiéndole acoja el proyecto de organizar y celebrar en las fiestas del Corpus un concurso de cante jondo que promueva, " mediante estímulos de todas clases, el despertar de nuestras tradiciones líricas", ha producido, generalmente, extrañesa y expectación; porque la mayoría (no percatada del abolengo hierático y oriental de aquel cante, germen de los populares andaluces que se filtraron en Europa y han influido profundamente sobre las modernas escuelas francesa y rusa, tan distanciadas, al parecer, de la española) tiene el cante jondo la despectiva idea de que pertenece a un rango inferior al que por género íntimo conocemos, y no vislumbra la trascendencia que para el arte nacional, revisten los estudios e investigaciones que inicia el acto en Granada.
El cante jondo representado hoy, en primer término, por la siguiriya gitana, que es la canción tipo, el martinete, la carcelera, los polos y las soleares, forma un grupo que no debe confundirse con el flamenco, cuya canción característica es la rondeña, y al que pertenecen también la malagueña, la granadina y otras.
Estébanez Calderón, en sus Escenas andaluzas, y refiriéndose a un canto que seguramente es la siguiriya gitana, describe sus caracteres diciendo: "Un acento prolongado que principia en un suspiro y que, después, repitiendo por lo mismo un propio verso muchas veces y concluyendo con otra copla por un aire más vivo, pero no por eso menos triste y lamentable".
Una casualidad, la de haber sido invitado hallándose en París, nuestro eminente compatriota y convecino D. Manuel de Falla por el famoso maestro M. Delage, a conocer algunos discos de gramófono que éste había impresionado  en la India abrió nuevos horizontes al estudio de la música popular española. En aquellas canciones orientales, reproducidas por el fonógrafo de M. Delage, existían extrañas coincidencias con los cantos populares de nuestro país; pero una especialmente, es la repetición de lo que nosotros llamamos la siguiriya gitana, de tal forma, que a partir de aquel momento, no pudo dudarse del origen indio de estas siguiriyas que caracterizan el cante jondo andaluz.
Pedrell, en su Cancionero musical español, ya anotado el carácter oriental de nuestras canciones "el hecho, dice, de persistir en España, en varios cantos populares, el orientalismo musical, tiene hondas raíces en nuestra nación por influencia de la civilización bizantina antiquísima, que se tradujo en las fórmulas propias de los ritos usados por la iglesia española desde la conversión de nuestro país al Cristianismo, hasta el siglo XI, época en la que fue introducida la liturgia romana propiamente dicha".
Estudios posteriores han demostrado que efectivamente, uno de los principales elementos constitutivos del cante jondo son aquellos cantos litúrgicos, inspirados, como toda la civilización bizantina, en la cultura y en el arte asiático, y que fueron el origen de la mayoría de los cantos populares en España; así que , al llegar los árabes, se encontraron con un cancionero fundido en la música de Oriente, que era la suya propia, y la compenetración fue tan espontánea, que surgió entonces, con mucha facilidad, el canto andaluz de los moros de Granada, que, con este mismo nombre es conocido, y se canta hoy en la Tunisia y en gran parte del Imperio marroquí.
Pero, además del germen asiático que llegó a España primero con la liturgia bizantina y después con la invasión de los árabes, y que refleja los sistemas de la música primitiva india, cuyos elementos principales, el enarmonismo y la ausencia de ritmo métrico, constituyen lo fundamental del cante jondo, existe en éste alguna esencia aún no definida y que puede ser la que, en los comienzos del siglo XV importó al andaluz la raza bohemia; porque es muy significativo que la siguiriya se apellide gitana y que en sus coplas figuren, frecuentemente, muchos vocablos del dialecto cañi. Hay que hacer, empero, la observación de que el elemento bohemio no es esencial y característico en el cante jondo; porque, aunque los gitanos se extienden por toda Europa y diversas regiones de España, dicho cante surge y se cultiva exclusivamente en Andalucía.
Mas he aquí que este cante jondo, originario de la India y que contiene el sistema musical litúrgico con que se acompaño el culto de los Vedas en las viejas pagodas del Pendjab, no es susceptible de ser trasladado al pentagrama; porque el semitono matemático es intervalo más pequeño de que nos podemos servir, dentro de nuestro sistema actual, y las inflexiones vocales del cante jondo, no son, como generalmente se cree, giros para adornarlo sino elevaciones y depresiones de la voz que no caben dentro de aquel intervalo, y que expresan una incoercible expresión espiritual.
"Por esto, dicen los firmantes de la moción, no se puede archivar en ningún documento con la esperanza de ser desenterrado un buen día en el transcurso de los tiempos, si la continuidad de los cantaores se interrumpe", y a evitar este peligro, a establecer escuelas o academias donde los viejos cantaores inicien a los jóvenes, y no a realizar una fantástica juerga, se dirigen el esfuerzo y la campaña que han comenzado en Granada y continuarán en Madrid, Sevilla y toda Andalucía.