jueves, 3 de septiembre de 2015

En varias ocasiones me han preguntado unos curiosos y desorientados turistas que deambulaban por el barrio del Realejo si podía indicarles donde se encontraba el barrio judío....Ante esta pregunta siempre se me escapa una sonrisa de medio lado y contesto con otra pregunta. "A caso quieren ustedes probar las famosas terrazas del Campo del Príncipe? o más bien está usted buscando lo que anuncia la famosa estatua a la entrada de la calle Pavaneras y plasmada en los planos de Granada turística?" Casi siempre aunque parezca insólito, buscan el Realejo: el barrio judío!!!, con lo cual les indico como recompensa a su labor de turistas interesados, que también se puede subir a la Alhambra por este barrio y pasear por su bosque, pues el barrio del Realejo de judío, tiene más bien, poco. Perdió principalmente lo que le quedaba de árabe y de judío en los años en los que se escribieron esta serie de artículos. Inmuebles de cinco plantas dejaron la calle Molinos tal y como la conocemos.

Tampoco he viajado mucho, pero sí que he visitado algunas ciudades atravesadas por ríos. Varias de ellas, que no se pueden comparar con Granada no solo por ser ciudades con mayor población y extensión como podrían ser Bordeaux o París, y tampoco,  por el gran caudal de sus ríos encantadores que usan viajeros para su gozo o empresas para transporte. Pero he visto Brujas o Gante en Bélgica, que se podría equiparar con Granada, en la que se respira la frescura y el encanto de sus canales. Siguiendo el curso de su río he podido sentir como en aquel rincón se ha parado el tiempo, como si una mano invisible y protectora se hubiera encargado de guardar para siempre lo que supo crear el Hombre aprovechando la ternura y el silencio del transcurso del agua.
Claro que Granada tiene la Alhambra, cuyas maravillas han sido y son de sobra cantadas, pero no hay que perder de vista que Granada es mucho más y que el interés general es que no deje nunca de parecerse al hermoso fruto que lleva su nombre: fuerte por fuera y de millones de rubíes por dentro.





Y Granada, antes....


 CARTA ABIERTA AL DIRECTOR GENERAL DE BELLAS ARTES (20/02/1968)

Luis Seco de Lucena Paredes


Granada carece de conciencia ciudadana capaz de justipreciar los valores artísticos de la ciudad
En el proyecto de ley sobre fiscalización alienta un grave peligro para Granada, que puede dejar de ser la ciudad de los Cármenes.

Excmo. señor don Gratiniano Nieto Gallo

Director General de Bellas Artes

Mi querido amigo Gratiniano:

Como te dije hace unos días, cuando tuve el gusto de saludarte en esa, estamos asistiendo pasivamente a una nueva "destrucción" de Granada. La anterior fue hecha en el pasado siglo. Bajo la piqueta demoledora van cayendo en estos días, una tras otra, nobles casas solariegas y nobles caserones típicos, de mayor o menor cuantía artística, pero que contribuían a la conservación del peculiar carácter de esta desgraciada ciudad. Dan paso a inmuebles antiestéticos, de innumerables plantas, que dañan el paisaje y estropean el aspecto urbano.

Lo peor que le puede ocurrir a Granada es que la aniegue una riada de dinero. Cuando la hubo, hace un siglo, al implantarse el cultivo de la remolacha, surgió la espantosa Gran Vía, una calle de segundo orden propia de una ciudad de orden más ínfimo. Surgió a costa de varios palacios árabes, algunas casonas renacentistas y barrocas, y bastantes casitas moriscas y, sobre todo, de un barrio con impronta medieval. Ahora vuelve a haber dinero, que yo, que no soy economista, ignoro de donde sale. Como quiera que el dinero vale poco y mucho una casa recién construida, conviene vaciar las arcas repletas y nada mejor, más fácil y productivo que asestarle duros golpes a la ciudad, destruyendo lo poco de monumental o histórico que va quedando en la parte baja des casco urbano; y de paso, desfigurando con construcciones inadecuadas, el pintoresco conjunto granadino que presentan sus barrios altos. El granadino se siente orgulloso con su Alhambra, única y sin igual en el mundo, y la posesión de esta joya inapreciable le deslumbra y aturde. Por eso, muchos de mis paisanos desdeñan otros valores estéticos que encierra la ciudad y que, en cualquier otra parte de la tierra, gozarían de unánime estimación y serían cuidado con cariñoso celo. Carecemos de una conciencia ciudadana capaz de justipreciar el tesoro granadino que no está constituido exclusivamente por la Alhambra.

En fin, por si todo esto fuera poco, un peligro mucho más grave, gravísimo, amenaza hoy a Granada. Ese peligro alienta en el proyecto de ley sobre fiscalización de solares, cuyo contenido explica el señor ministro de Hacienda, en unas declaraciones que publica la Prensa de día. si Dios no lo remedia y el proyecto, convertido en Ley, se aplica a Granada, ésta dejará de ser "la ciudad de los Cármenes", dictado por el que, como sabes, se la conoce universalmente, con universidad en el tiempo y en el espacio, porque desde la Edad Media se la viene denominando así, entonces por los literatos árabes; y después, por los de todo el mundo de Occidente.

Ni que decir tiene que si la citada Ley afecta a la integridad de Granada, los propietarios de los cármenes granadinos, un su mayor parte gente modesta, no podrán soportar los impuestos que se anuncian y antes de que transcurran los diez años a que alude el proyecto de Ley y el Estado disponga la expropiación forzosa de esos espacios verdes que son los Cármenes, se verán obligados a venderlos; y, quienes los adquieran, a construir inmediatamente en ellos, dando fin de una vez y para siempre, a algo consustancial de Granada, a algo que, a través de los siglo, ha constituido la nota característica y especialmente distintiva de esta ciudad.

Comprendo el loable fin que se persigue con el proyecto de Ley a que me vengo refiriendo; pero no hay Ley que no establezca excepciones justificadas para su aplicación; y aquélla debería establecerla definiendo, de modo preciso, la distinción entre solar edificable y espacio verde. Generalmente se estima solar toda parcela no edificada dentro del casco urbano; pero esta estimación no se compadece con la realidad. El solar edificable está desnudo de vegetación. El carmen la tiene desde hace cientos de años. Si la ley no distingue entre uno y otro, menos distinguirá el funcionario que deba determinar la imposición tributaria. Hay en Granada Cármenes que han adquirido categoría histórica, como el del Cuarto Real de Santo Domingo, la antigua Almanjarra de los monarcas nazaríes; ornato de un palacio árabe que aún se mantiene en pié; o el que adorna la casa morisca del Chapiz, por sólo citar dos de los más importantes de la ciudad. No todo es carmen en Granada, pero existen clarísimas zonas de cármenes, que tú conoces, como los barrios del Albayzin, la Churra, el Mauror, la Antequeruela, y el Realejo y es posible que alguna otra se me quede en el tintero.

En fin, aunque supongo que tú, tan atento siempre a la defensa de los valores artísticos de Granada, habrás advertido el peligro que amenaza a esta ciudad, como lo que abunda no daña, yo me permito darte el alerta con esta carta, por sí está en tu mano evitar la desaparición de los cármenes granadinos.

Recibe un fuerte abrazo de tu buen amigo,